sábado, julio 18

Análisis Sintáctico de la Felicidad (EMM)

Publicado en Eppur Mi Muovo el 08/Agosto/2008

En primer lugar, bienvenidos a todos, los que busquen en esta entrada la fórmula para ser feliz pueden dejar de leer en este momento, no quiero sentirme culpable por robarles su tiempo ya que esa fórmula no existe. Porque no tenemos que intentar serlo, tenemos que darnos cuenta de cuando lo somos.

Solo pretendo analizar según las normas de la RAE ( bueno no de todas las normas, solo de las que me acuerdo) la felicidad. Como analizariamos una frase cualquiera en un examen de Bachiller.

En primer lugar se necesita un SUJETO, un tú, un yo... un nosotros.
Este sujeto necesariamente tiene que interactuar con el entorno, necesitamos un VERBO. Puede ser comer, beber, reir, sentar, probar, divertir, fumar, fotografiar, chiquitintantanear ...

Y después estan los complementos CIRCUNSTANCIALES. Lugares como una terraza, temperatura: excesivo calor, la hora que dice el reloj, la gente, no tener batería de móvil... ni mechero, unos zapatos olvidados, un banco, cerveza, lluvia de aire acondicionado... en fin circunstancias.

Al final, darse cuenta de que uno es feliz se reduce a evitar que los complementos sean protagonistas eclipsando al sujeto y al verbo.

En fin, que lo importante no es que ocurra un jueves caluroso de Agosto ( podría haber sido un martes frio de Enero), ni que fuera la hora de la cena (¿quedamos para desayunar?)... ni todas esas cosas que solo son accesorias y que no pienso molestarme en recordar.
Lo importante somos nosotros y nuestras acciones... sobre todo nuestras risas. Y esto si que lo recordaré, ¿me dejas un post it?

Por cierto, Soy Feliz!!!!!

Un instante... (EMM)

Publicado en Eppur Mi Muovo el 21/Julio/ 2008

Recién duchado salgo a la calle, me pongo los auriculares y PLAY...

"Concédeme un instante quizá me encuentres interesante..."

No puede estar pasando, otra vez no.

¿Cuál de todos es?
Es ese en el cual me sonríes maliciosamente mientras el camarero prepara el café, siempre te veo en ese bar y no sé como te llamas.
Quizá encuentras interesante mi compra de soltero cuando la cajera se demora más de lo necesario en devolverme el cambio.
O eres la vecina en el incómodo instante del ascensor. ¿En que piso vives?
Puede que sea ese instante camino de mi trabajo en el que inevitablemente tu perro me ladra y surge el "Perdona" y el "No pasa nada".
Quiza aquel que solo ocurre de vez en cuando, si hay suerte y de repente se pone a llover pillándote desprevenida sin paraguas. Entonces tu gesto es de resignación antes de suspirar y echar a correr. Ese me encanta.
Adoro en secreto el instante tras dos orgasmos con tu novio, cuando furtivamente piensas en mí. Aunque lo niegues en nuestro reencuentro anual por los viejos tiempos.
¿Como eres en el instante en que estas recién levantada? Espero saberlo tras (y este es estadístico) el instante ruidoso cubierto de notas musicales deformes por el alcohol. Ese instante en que beberás de tu cerveza, hablarás con tus amigas, sacarás un cigarro, lo encenderás y mirarás con desinterés si sigo ahí... mirándote.
Odiaría que fuese el instante justo antes de que salga mi tren porque mi billete solo es de ida y en dirección opuesta a tu destino. Lo odiaría pero lo necesito.

Cuando lo descubra me mostraré interesante... aunque quizá tú no me encuentres.

En fin, ocurrió otra vez. Hoy han sido los Doble V.

domingo, julio 12

Cosas antiguas (EMM)

Publicado en Eppur mi Muovo el 10/Julio/08

Hace tiempo que escribí este texto, lo encontré cubierto de polvo sonriéndome desde el anonimato que acabo de arrebatarle.

Escupe en la inmensa eternidad de la locura
olvida tus miedos
los pequeños desastres
las furias
los intensos revolcones de desilusión.

Azuza los perros de tu conciencia
para volver a soñar pesadillas almidonadas por el tiempo.
Los sueños kafkianos de una metamorfosis imposible

Como nosotros (EMM)

Publicado en Eppur mi Muovo el 01/Julio/08

Salgo de casa, suena la música... "de tu puerta a la mía trescientos pasos conté el otro día".

Entro en casa y escribo.

En realidad nunca cuento los pasos cuando vuelvo de tu casa, una vez sí que conté los números pares de los portales, pero los pasos nunca. Sería como encajonar mi paseo, como cuantificar hasta dónde quiero llegar contigo.
No, los pasos nunca.
No tengo tiempo para tareas inútiles, para cábalas incoherentes.
¿Cuántos hay? ¿Tú lo sabes? Déjame adivinarlo.... 392, 427, 1036, 844.
No puedo.
Pueden ser -68 y entonces estamos más cerca de lo que pensamos.
Absurdo pensamiento.
Entre tu puerta y la mía sólo cabe un número complejo de pasos.
Como nosotros... absurdamente complejos.

Salgo de casa, suena la música... de nuevo Chacho Brodas