sábado, diciembre 18

32 Razones para no decirlo.

Es Absurdo, Inoportuno incluso Inquietante.

Es Ecléctico, Distópico e infinitamente Maniqueo.

Es Capcioso, Erróneo y estoy seguro que Irreverente.

Es Obsoleto, Anacrónico, Vintage.

Es Insolente, Hipócrita y/o Fariseo.

Es Antagónico, Puritano y casi Dicótomo.

Es Ególatra, Hedónico, Megalómano, Arcaico, Agónico para sobrellevar sus Ínfulas de poder.

Es tan Etéreo y Volátil como Inútil y Estúpido.

Es Alérgico, Atemporal e Impúdico. Y permitanme decirlo, Lisérgico.

Todo ello condensado en solo dos palabras.

A pesar de todo, Feliz Navidad!

domingo, junio 6

Relaciones Literarias

Todavía no era una persona lúcida y ya le asaltaban un montón de recuerdos. Tenía que dejar de acostarse borracho. Pero ahora era tarde para lamentos inconsistentes. Ya estaban ahí, ya no podía evitarlos.

Recordaba la bibliotecaria en prácticas de su primera relación. Le prestó la Retórica y la Poética antes de finalizar su contrato de duración determinada. Y se fue con su finiquito de besos uniformemente desacompasados.

En el otro extremo recordaba la última. Se habían terminado las palabras, quitaban tiempo para follar. Sí, básicamente una Máquina de follar. Fuera de la cama nada de Metafísica ni palabras raras.

En medio de esta dicotomía antagónica estaban las otras.

Las que alteraron su República interior. Las que ahuyentaron sus Demonios. Y las que no hicieron nada, solo vivir en Un mundo feliz con periodos de Guerra y paz.

Estaban las que enamoró con Poemas de otros, sonrisas propias y tonterías de juventud. También las que compartieron esa Metamorfosis llamada adolescencia. El momento en que en los pies se extingue la sensación de jugar a Rayuela.

Recordaba cuando tres eran multitud. Cuando fue un narrador externo en una relación que no le pertenecía y quiso protagonizar su Evangelio según Jesucristo. Terminó desapareciendo atosigado por la omnipresente vigilancia de 1984.

Había un recuerdo que no esperaba. Creía haberlo desterrado para siempre. Pero ahora estaba ahí, junto a los otros constatando que se había equivocado. Que las criaturas modeladas como el doctor Frankenstein siempre acaban jurando venganza.

Por supuesto hacia rato que Ella vigilaba sus coqueteos con los recuerdos de otras. El recuerdo de Ella era mucho más nítido que cualquier otro. Le sobrecogía la claridad blanca y fría en la que emprendió la cacería valiente y decidido cual Lobo estepario rechazado por la manada. Disfrutaba de los colores cálidos de los momentos felices y mitigaba los amargos metiéndolos en un color Azul tempestad. En una oscuridad sencilla y sin ningún adorno para el Crepúsculo de los ídolos. Cuando dejó de ser libre escapó como Papillon, pero continuamente miraba atrás con la desesperanza del prófugo.

Mierda.

Se habían ido todos, a veces ocurría. De repente todos los recuerdos desaparecían.
Entonces sus alcoholizadas pupilas distorsionan la realidad en Luces de bohemia mientras en un ábaco él descuenta los que le quedan para cumplir sus Cien años de soledad.

lunes, enero 18

Dos palabras (EMM)

Publicado en Eppur mi Muovo el 08/ 11/2008

Anoche te dignaste a incluirme en tu caleidoscópico mundo de cristales de colores y me perdí en formas imposibles.
Tu sonrisa vertical marco los tiempos, tus susurros las inflexiones y mis manos los silencios de tus promesas.
Hacía frío entre tus brazos y me resfrié en el silencio de la habitación mientras lloraba el bebé de los vecinos.
La fugacidad del tiempo hizo que todo mutara en una suerte de espejismo desencajado de la realidad en el que perdí el rumbo. Naufragué en una cocina desordenada mareado por los continuos giros de un sueño inquieto.
Ahora en el salón, mientras fumo el cigarro de la decepción, miro esa nota arrugada que has dejado. Con mi caligrafía se vislumbran dos palabras: Hasta pronto

martes, enero 12

Relaciones Anuales (EMM)

Publicado en Eppur mi Muovo el 02/ 11/ 2008

Nos conocimos en Enero. Tú tenías la nariz roja por el constipado y yo temblaba, no logro recordar si por el frio.
Nos dedicamos a recorrer cafeterías en busca de aquella que mereciese nuestra conversación. La del centro, junto a la tienda de libros antiguos, allí charlábamos de literatura y luego nos comprábamos un libro que leíamos con prisa para poder regresar juntos. La cafetería de tu barrio para hablar de ti, la del mio para hablar de mí y el café en casa para hablar de nosotros.

En Febrero celebramos nuestro propio San Valentin.
Regalos raquíticos para evitar la compra-venta innecesaria de un amor innecesario y demasiado corto como este mes en años no bisiestos.
Llegó Marzo con su calor y tus escotes. Con besos que me robabas y otros que te cedía.
Con el polen, los estornudos, los ojos rojo Vispring y las pituitarias desbocadas. Ya no temblaba, no recuerdo si porque ya no hacía frio.
En Abril, tras las pertinentes lluvias y las impertinentes contestaciones se desató la primera tempestad.
Tormenta perfecta que salvamos cual marinos curtidos en mil tempestades, que no se asustan de un horizonte negro sin visos de escampar. Logramos estabilizar un barco que hacia aguas.

Entonces crecieron las flores de plástico en tu jarrón. Fuimos felices entre Janis Joplin y Jimi Hendrix un lunes a las 9 de la mañana. Desayunamos con los barrenderos y hablamos de literatura en aquella cafetería del extrarradio.
Era Mayo. Terminó dejando atrás un reguero de nervios pre-evaluación deambulando por la biblioteca.
En Junio nos examinamos y suspendimos. Aunque terminamos la carrera.
En la revisión del examen aprobamos justitos descontando los fallos y la sinrazón. Celebramos el fin de curso brindando por nuestros "seis meses de felicidad incompleta".
De nuevo eramos felices un Viernes las 9 de la noche entre toallas en una playa desierta llena de gente. San Fermin era un vago recuerdo en nuestras cámaras de fotos.
Entonces terminaba Julio.

Agosto trajo sus 15 dias de vacaciones y un calor excesivo.
Pasó desapercibido camuflado en la somnolencia de las siestas documentadas de la 2. La ciudad había dejado de respirar y los Telediarios se nutrían de noticias forzosas y aburridas.
Volvieron los nervios pre-evaluación, era Septiembre.
Evaluar esta parte de nuestra vida nos reportaba trazas de felicidad e infelicidad en un volumen cuantitativo similar pero cualitativamente diferente. Suspendimos. Esta vez ni siquiera hubo ninguna revisión posible.
Octubre dio comienzo a un curso en el que no te matriculaste.
Tu solicitud estaba fuera de plazo y las Erasmus habían usurpado tu lado de la cama. Poco a poco desaparecieron dejándome disfrutar de 135 centímetros de satisfacción, la anchura exacta de mis sueños.
Noviembre es un mes frio.
El otoño hizo mella en las copas de los árboles. La soledad que se habia apoderado de mi habitación solo era interrumpida por ocasionales escenas de sexo impúdico.Terminó y todavía no había celebrado que tú tenías un nuevo novio.

Ella apareció en Diciembre. Un regalo navideño con fecha de caducidad.
El 28 echamos dos polvos; el mio por puro placer, el suyo por amor.Inocente. Comimos once uvas a las once de la noche del 30 para desafiar a la suerte. Y juntos vimos cambiar el último número de un calendario repleto de ideas absurdas y risas contagiosas.

Ahora tú ya no vas ayudarme con la cuesta de Enero y Ella se ha desvanecido en las ideas dispersas de corazones rebajados. Mientras yo sigo aquí... temblando.

miércoles, septiembre 30

Sentidos (EMM)

Publicado en Eppur mi Muovo el 27/10/2008

Te escucho en mi silencio
intentando comprender la ininteligible diatriba de tus suspiros.
Y solo distingo guturalidad y desdicha.

Te veo en mi soledad
buscando distinguir la incomprensible silueta de tu cuerpo.
Y solo enfoco vacío y desidia.

Te huelo en mi ausencia
procurando
evocar los cambiantes matices de tu vitalidad.
Y solo recuerdo podredumbre y dejadez.

Te palpo en mi abandono
pretendiendo
recordar los adorables pliegues de tu entrepierna.
Y solo percibo las heridas de la mia.

Te saboreo en mi nostalgia
probando discernir la agónica dulzura de tu ser.
Y solo digiero la amargura y la acidez.

¿Necesito un sexto sentido para sentirte cerca?

Tragedia griega (EMM)

Publicado en Eppur mi Muovo el 22/10/2008

¿Sabes? Odio la mediocridad y he decidido dejar que los mediocres evidencien su tragedia.

Me divertiré, no lo niego. Esbozaré una sonrisa en los entreactos, pero evitaré la carcajada en la escena final.
Escucharé los diálogos, oiré los coros de musas y soñaré con la mía.
Veré guerras desencadenadas por tu amor...crueles y estériles.
Me introduciré en palacio para fotografiar a Edipo mientras promulga su amor por ti, fiel a su síndrome.
Combatiré tus miradas de Medusa con comprimidos de Perseo.
Y me ire sin quedarme a los bises, ni al aplauso final. Odio los finales felices de las tragedias.

Por cierto, ya no tengo tiempo de irle probando zapatos a Cenicientas.


La última frase es de Mr O

Antiguos estertores (EMM)

Publicado en Eppur mi Muovo el 15/10/2008

No interrumpas el intermedio televisivo de nuestra conversación
con el chiste absurdo que siempre cuentas en las reuniones sociales con vino.

No descubras tu jugada, mantén tus cartas sobre el tapete controlando tics inoportunos que me aseguren que vas de farol.

No inventes mil razones para no venir corriendo a las tres de la madrugada cuando tus mensajes vibran en mi móvil de última generación.

No ahuyentes los fracasos, ni las victorias,
ni los mediocres resultados del transcurrir de los días lluviosos.
Solo evítalos...son impostores


No se cuando escribí este texto, pero ha aparecido buscando un minuto de gloria. Ahí lo tienes amigo.